Diario de viaje por el noroeste argentino

Diario de viaje por el noroeste argentinoLa opción del noroeste argentino es una de las tantas alternativas para planear una escapada de varios días o las próximas vacaciones de invierno. En esta oportunidad, a paso veloz hacemos un punteo de los principales hotspots en formato de bitácora de viaje.

Diario de viaje por el noroeste argentino

Día 1. Salimos a las seis de la mañana desde San Isidro. Veintidós personas divididos en cinco autos y con ganas de hacer miles de kilómetros. Todos estábamos de muy buen humor, incluso en las interminables colas para cargar nafta. Al mediodía, paramos en un ACA a hacer un pic-nic y a las tres de la tarde llegamos a Santiago del Estero, donde realizamos un “city tour” forzado, nos habíamos perdido. La noche nos tomó, no por sorpresa, a cien kilómetros de San Miguel de Tucumán. El viaje recién comenzaba.

Diario de viaje por el noroeste argentino

Día 2. Mientras desayunábamos, era claro que las pocas horas de descanso no habían alcanzado para reponernos. Muy entrada la mañana emprendimos camino al Cerro San Javier. Subíamos, casi hasta las nubes, y sin escalas. La vista a lo largo del camino era increíble, los colores de la vegetación alternaban los distintos tonos de verdes. Dejamos el auto y a pie hasta la cima donde se encuentra un gran monumento de Cristo.

Algunos kilómetros hacia el norte está el paraje de Villa Nogués, dónde hay una pequeña iglesia y un vía crucis, donde cada una de las postas está construida con madera tallada y piezas de metal.
A la tarde bien vale la visita la casa histórica que puede recorrerse en pocos minutos y tiene como gran atractivo el show de luces nocturno.

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Día 3 y 4. Nos perdimos otra vez, y cuando habíamos creído encontrar el camino, nuevamente perdidos y llegamos a Villa Nogués. Una vez encontrada la ruta, salimos hacia Tafí del Valle. Las curvas y contra curvas de la ruta hicieron que más de uno tuviera problemas estomacales, pero nada que un poco de tranquilidad y descanso al llegar no solucionara. Al día siguiente amanecimos con dos grados bajo cero y emprendimos la excursión hacia las ruinas de los Quilmes. Llegamos a El Infiernillo, a 3042 metros sobre el nivel del mar, donde le pudimos dar de comer a algunas llamas que estaban por allí.
Un gran cartel anunciaba que estábamos a 28 kilómetros de Amaicha del Valle. Seguimos hacia el oeste hasta Los Cardones para apreciar las ruinas.
En lo poco que queda del pueblo de los Quilmes, las casas hechas en piedra se encuentran enterradas ya que ellos construían hacía abajo para mantener un clima fresco dentro de las viviendas. Gracias a la altura la vista era magnífica y desde los distintos balcones se podían ver las montañas que separan a San Miguel de esta parte de la provincia.

Día 5. Desayunamos temprano y armamos las valijas para seguir. Esta vez consultamos el mapa antes de dejar el hotel. No podíamos seguir arriesgando tiempo si nos volvíamos a perder. Cafayate nos recibió con las bodegas y ese intenso aroma a viñedos que regaba toda la zona. Almorzamos en la capital del vino salteño y aprovechamos a visitar la histórica iglesia del pueblo, la cual cuenta con imponentes arañas, piso en damero y varios vitreux que bañaban el lugar de brillantes colores.
Atravesamos la Quebrada de las Conchas y no nos quedamos con las ganas de conocer El Anfiteatro, formación rocosa de imponente estructura donde se magnifica el efecto del eco. Antes del anochecer llegamos a Coronel Moldes, a un hotel que, según lo que nos habían vendido era cinco estrellas. Nada más alejado de la realidad. Por lo tanto, la moraleja es prestar atención cuando se reserva apurado vía web.

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Día 6 y 7. Visita a la Finca Santa Anita, donde recorrimos los corrales de cabras, un pequeño museo de objetos de campo, degustación de quesos y el primer museo dedicado exclusivamente al tabaco. A tiro de piedra, en el puente del dique Cabra Corral se realiza bunji jumping, pero cobarde de nosotros que ninguno se animó a saltar.
El siguiente destino: Salta. Lo primero en visitar fue la Basílica Menor y Convento de San Francisco, tan característica con sus colores amarillo y bordó.
De paso por la Catedral, lo que más llamó la atención fue el pesebre Niño de Araceli Claustro, realizado en piezas de cerámica y madera, las cuáles parecían muy reales.
Para la cena, sorpresa a la hora de encontrar una pizzería. Caminamos por la calle principal en pos de nuestro objetivo, leímos la palabra buscada en un cartel y entramos, sin notar que se trataba en realidad de un restaurante afrodisíaco. En conclusión, en vez de pedir una grande de muzzarella, terminamos ordenando la versión hot de lo mismo, llamada “Orgía de sabores”.

Diario de viaje por el noroeste argentinoDía 8 y 9. Nuestra próxima parada era San Salvador de Jujuy, donde llegamos pasado el mediodía. Se presentó un nuevo ejemplo que confirma nuestra reciente moraleja, la de tener cuidado con las fotos que se muestran en las webs de los hoteles. Con mencionar que había enchufes dentro de la ducha está todo más que dicho. Una fina llovizna comenzó a caer sobre la ciudad, y decidimos encaminarnos hacia el Hotel Terma de Reyes para conocer una de las mejores obras arquitectónicas del país.
Al día siguiente fuimos hasta el punto más nórdico de nuestro viaje, para después comenzar a descender: la Quebrada de Humahuaca. El Cabildo de Humahuaca es la sede de la municipalidad, en cuyo reloj se muestra a las 12 en punto del mediodía una imagen articulada de San Francisco Solano. Pasamos por la Iglesia de La Candelaria y San Antonio, la cual fue erigida por los españoles en 1641 y es Monumento Histórico Nacional; y subimos al Monumento a la Independencia, que data de 1950, año de su inauguración.
Emprendimos nuestro camino hacia el sur y nos detuvimos en Huacalera, dónde se alza el Pucará de Molla, un monolito que indica el cruce de la línea imaginaria del Trópico de Capricornio.
Dato curioso del paso por la quebrada fue descubrir que los cementerios son dispuestos en las laderas de las montañas, lo cual encuentra su explicación en que los antepasados creían que así las almas de los difuntos llegaban más rápido al paraíso.
Diario de viaje por el noroeste argentinoTras una rápida recorrida por Tilcara, queríamos llegar con la luz del atardecer para apreciar el Cerro de los Siete Colores. Purmamarca se encuentra enmarcada por esta mole que, gracias a los minerales compactados dentro de ella, refracta colores que varían entre los naranjas, amarillos (debido al azufre) y una rara variante del azul verdoso. A escasos metros de la plaza central, permanece intacto el famoso algarrobo histórico, situado en terrenos de la capilla.

Diario de viaje por el noroeste argentinoDía 10. Hora del regreso con escalas técnicas en Rosario de la Frontera y Ceres, en la provincia de Santa Fe, justo en el límite con Santiago del Estero.
La espesa neblina matinal complicaba la visibilidad, por lo que prolongamos los preparativos, tanto por razones de seguridad como para demorar la despedida.
Lo inevitable tenía que suceder, y la vuelta a casa se dio cansados, pero felices, con las mochilas llenas de recuerdos y buenos momentos compartidos.

Por Damián Serviddio
Fotos de Noni Serviddio

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