Como ya habíamos adelantado en su momento en este mismo espacio, ayer efectivamente se realizó una protesta frente a Nordelta Centro Comercial. La misma fue convocada por la Asamblea de Vecinos Inundados de Tigre y el Movimiento en Defensa de La Pacha, organizaciones que en noviembre del año pasado presentaron un proyecto de ordenanza para que se prohíba la construcción de nuevos barrios privados en Tigre. Ese pedido contó con el respaldo de diversos académicos y expertos en temas ambientales y urbanísticos.
De acuerdo a lo publicado por la agencia Télam, la construcción de Nordelta implicó la destrucción de un cementerio ancestral conocido como «sitio arqueológico Arroyo Sarandí», de 1.300 años de antigüedad. A su vez, el avance de los barrios cerrados implicó «mayores inundaciones, pérdida de calles y lugares públicos» en una zona de humedales y «el hacinamiento de los sectores populares a los cuales sólo les queda un porcentaje mínimo de tierras para habitar», dado que «casi el 46 por ciento del territorio continental de Tigre está en manos de barrios privados donde vive menos del 5 por ciento de la población del municipio», indicaron desde el Movimiento en Defensa de la Pacha. «Desde hace 2 años y medio, cada vez que llueve rogamos que no sea demasiado porque el agua entra a las casas, todo se inunda y nadie se responsabiliza por eso, como pasó en noviembre pasado», aseguró a Télam Matías Duarte, de la Asamblea de Vecinos Inundados de Tigre. Duarte afirmó que la responsabilidad es del municipio, que hace oídos sordos a la problemática para privilegiar «un negociado inmobiliario».