El Boulevard Sáenz Peña se ha transformado en una parada infaltable en el circuito de Tigre. A pocas cuadras del Puerto de Frutos, entre viveros, almacenes y casitas típicas de la zona, le ofrece refugio a la inspiración de muchos artistas que se deleitan entre flores, escaleras, murales y pasillos de colores. Es así que con un espíritu optimista y transformador, convencidos de que lo bueno también se contagia, han decidido poner una fecha calendario para unirse y celebrar. He aquí la famosa Noche de las Artes de Tigre, que atraviesa ya su cuarta edición, invitando a caminar las calles del Boulevard y conocer dicho espíritu por dentro.
Detrás de este movimiento cultural, se destaca una mujer que le da un formato a esta idea desde el comienzo. Se la conoce como la Tana Degiovanni y es hija de Coqui Degiovanni e Inés Eugenia Bones, tigrenses con ascendencia italiana e austriaca. La Tana nace en la Clínica Aránzazu de San Fernando, vive desde pequeña en Mar del Plata y redescubre el barrio de sus padres, muchos años más tarde. El arte es el responsable de esta vuelta a sus orígenes.
Luego de casarse y haber estudiado un tiempo derecho, deja atrás el mar a los 26 años y se instala en La Horqueta. Tiene tres hijos: Franca, Luca y Pedro. En el año 2000 comienza su reencuentro con el arte, lo vincula con aquella sensación de paz de su infancia cuando dibujaba en el colegio de monjas al que iba, mientras esperaba que su padre la vaya a buscar. Participa de varios talleres y realiza su primera muestra en el 2004. Por ese entonces, se le cruzan en su camino las iniciadoras del Boulevard Sáenz Peña, Soledad Benvenuto y Cristina Pérez Moray, para convocarla a realizar una muestra de arte en aquel lugar prometedor. Acepta la propuesta y termina por instalar allí su taller. No pasa mucho tiempo y el espacio empieza a quedar pequeño, día a día se suman artistas amigos y se combina con esto la fuerte necesidad de La Tana de abrir las puertas a la calle. Es así que comienza a asomar la Usina Cultural, el alma del movimiento artístico del Boulevard.
Las muestras de arte se convierten en protagonistas. Más artistas de la zona se acercan al nuevo espacio para convertirlo en su lugar de expresión. No tardan en llegar los vecinos para ver de qué se trata el asunto. En esa entrada y salida de curiosos, aparece un hombre que afirma haber frecuentado esa casa cuando era pequeño y al reconocer el apellido “Degiovanni”, entre lágrimas, comenta acerca de su amistad con Coqui, el padre de La Tana, con quien jugaba de niño en aquel lugar. En esos mismos rincones, es donde ahora La Tana se transforma, se descubre y se celebra a través del juego del arte, junto a sus hijos y amigos.
La Tana hace “instalaciones”, se inspira en temáticas que conciernen a la mujer, así como el dolor y la resiliencia. Aclara una y otra vez “el conocimiento me lo da el oficio, soy muy respetuosa de aquellos artistas que han estudiado mucho para ejercer el arte”. Cuando trabaja calando papel o bordando, la cadencia en cada punto la mantiene conectada consigo misma y los latidos de su corazón, “mi relación con el arte tiene más que ver con mi sanación espiritual que con otra cosa”. Sobre un estante detrás de su mesa de trabajo, se amontonan e intercalan cajitas transparentes que en su interior guardan pequeñas carteritas, vestiditos o prendas de mujer trabajadas con minucioso detalle y decoradas con brillitos diminutos. Estos últimos días, junto con los preparativos de la gran noche, La Tana incursiona en la técnica del collage fusionando fotografías de una cosechadora de 1930 con recortes de revistas de la misma época, reconstruyendo aquel año a su manera.
A lo largo de los distintos días, quince mil personas concurrieron a la Noche de las Artes de 2014. En este mayo de 2015, La Tana propone “trascender aun más las galerías y tomar la calle, queremos una fiesta para caminar y respirar aire cómodo”. Todos los artistas que participan siempre llevan algo especial para compartirlo en el evento, “aprovechamos al máximo nuestro metro cuadrado de libertad”. Cada uno recorre los espacios y cuida el suyo. La convocatoria se hace de boca en boca y vía Facebook. Esta vez la invitación no es en noviembre, sino en mayo, por lo que se guardan los vestidos y asoman las bufandas. La música siempre acompaña, este año incluye rock para niños. El pintoresco Teatrino abre sus puertas, así también distintas propuestas gastronómicas se encargan de mantener las barrigas contentas. La Tana se ocupa de que haya un artista en cada lugar. Todos los locales que conforman el Boulevard acompañan y apoyan el evento: abren los restaurantes, los atelieres, los viveros y la panadería. El clima es de absoluta celebración, “como se espera la navidad, nosotros esperamos la Noche de las Artes”.
Durante el resto del año la Usina Cultural ofrece talleres y clases de arte integradas con dibujo, pintura y grabado. Hacia fin de año los alumnos realizan una muestra. La Tana pasa los días en este espacio y menciona lo importante que es para ella el apoyo de sus hijos. A la derecha de su mesa de trabajo, se luce la obra de Franca quien la acompaña en el día a día en este proceso de construcción. Facebook le significa una gran herramienta de divulgación, allí monta su personaje “La Tana Degiovanni Bones” y continúa su camino más allá de la incomodidad que pueda sentir cualquier artista. Nunca olvida sus raíces. Tan así que en la Noche de las Artes 2015, se incorpora la mesa larga con los infaltables ravioles del domingo para compartir el momento entre familiares y amigos.
Por Sofía Moras