La Avenida Troncal de Nordelta seguirá cerrada al menos hasta fin de año. Es por una nueva prórroga en el régimen de cesión temporaria por parte de la Municipalidad, a la espera de una discusión de fondo que se complica con los tiempos de la campaña política de cara a octubre próximo.
La Troncal, como es sabido, es propiedad del municipio. Pero, desde el arranque de la Ciudad Pueblo, está en un régimen de cesión temporaria a cargo de Nordelta SA. Es uno de los temas más de fondo en la agenda de los nordelteños, ya que si bien el proyecto original estipulaba que esa calle estaría abierta a todo el tránsito, lleva más de una década con el tráfico regulado, un tema central en lo que hace hoy a la seguridad.
Las cesiones temporarias, como lo indica su nombre, son por plazos determinados. El año pasado, al vencer la última tenencia, hubo una prórroga por parte de la Municipalidad hasta fines del mes pasado. En medio debía discutirse cómo seguía el sistema. No hubo acuerdo, y ahora la prórroga se extenderá hasta fin de año, dijeron a Gallaretas en el máximo nivel de la Intendencia.
El punto es que las últimas prórrogas de la tenencia fueron a cambio de obras concretas que pagó Nordelta SA. Pero ahora la desarrolladora pretende no seguir haciendo desembolsos, y ahí se trabó la discusión.
Lo que la Municipalidad pretende, tal como informó ya Gallaretas, es la construcción de un puente en el Acceso Bancalari que cruce sobre la ruta 202. Eso, junto con la ampliación del Acceso entre esa ruta y el ingreso al Pacheco Golf, haría más fluido el tránsito, que allí se embotella, sobre todo en las horas pico de la mañana.
La obra del puente cuesta $ 35 millones, a precios de octubre pasado, según estimaciones a las que accedió esta revista. Y allí comenzó la discusión. Porque si bien beneficiaría a todos los barrios del Nuevo Delta y Acceso Bancalari, la intención de la Intendencia era que lo pagara Nordelta, a cambio de la continuidad de la cesión.
No hubo una respuesta definida al problema, que se trató en dos niveles: el desarrollador por un lado y los vecinos por el otro.
El desarrollador, Nordelta SA, planteó a la Intendencia y a los vecinos, que no tenía intención de hacer nuevos aportes para obras a cambio de la cesión de la Troncal. Que eso quedaba ahora a cargo de los vecinos.
Los propietarios, por su parte, no dijeron ni que si ni que no, pero que querían tener una precisión de cómo sería el régimen contractual futuro respecto de la Troncal, porque no querían quedar atrapados en un régimen en el cual cada determinada cantidad de años hubiera que hacer un desembolso por la tenencia.
Hubo un planteo de que la propuesta fuera puesta por escrito, y que luego se la podía votar en cada barrio. Pero eso no avanzó: nadie quiso tomar la responsabilidad de firmar ese compromiso. Y el tiempo fue pasando, luego de varias reuniones entre la AVN, los vecinos, la Municipalidad y el desarrollador.
Así se llegó hasta fin de marzo sin ninguna precisión al respecto. Y cuando las elecciones ya se vienen encima, con las campañas municipal (de Julio Zamora) y nacional (de Sergio Massa) lanzadas. “En ese contexto es muy difícil discutir, porque todo se termina leyendo al calor de los intereses políticos en juego”, dijeron fuentes de la Intendencia.
Pero el escenario en que quedó la situación no es neutro, el lugar donde la negociación deberá ser retomada es otro. Es que los vecinos reclaman que Nordelta SA debe hacerse cargo de al menos una parte del costo de las obras que se hagan. El argumento es que la desarrolladora tiene gran cantidad de tierra por vender aún (más de un tercio de la superficie de la Ciudad Pueblo) y que por tanto debe pagar su parte. En Nordelta dicen que el cierre de la Troncal no es un objetivo que ellos persigan, sino que es una pretensión de los vecinos, y que por tanto se desligan del asunto. Pero el tercero en la mesa, la Municipalidad, tiene su punto de vista. Una alta fuente de la Intendencia aseguró a Gallaretas que “Nordelta SA, no los vecinos, tendrá que hacerse cargo de alguna obra; no está definido cuál, pero tendrá que ser el desarrollador el que la pague”.
Así, es una discusión aún con final abierto.