Si bien muchas personas conocen las Constelaciones Familiares, hace ya varios años surgieron las Nuevas Constelaciones de la mano de su creador Bert Hellinger (teólogo y espiritualista alemán). Luego, la psicóloga Brigitte Champetier de Ribes (Directora de Insconfa) tomó ese conocimiento y lo siguió desarrollando hasta llegar a las actuales Constelaciones Familiares Cuánticas.
Se trata de una filosofía de vida, no es un método ni una técnica, es una manera de vivir basada en una premisa: “asentir a todo como es y a todos como son”, aunque a veces no se entienda o hasta duela lo que está sucediendo. Parten de la base de que “todo lo que rechazamos crece y todo lo que asumimos e integramos, se desvanece o pierde la fuerza que ejercía hasta ese momento”.
Según esta corriente, todo es energía, por lo cual todo es constelable. Existe un orden mayor y el amor llega desde nuestros ancestros a través de la manifestación de la vida. Cuando bloqueamos ese flujo de energía, las cosas empiezan a complicarse. Muchas de las cosas que suceden o no suceden en la vida, pese a los esfuerzos y compromiso de la persona en cambiar, no tienen que ver la misma sino con que se encuentra intrincada con sus ancestros. A través de las Constelaciones Cuánticas, se propone rendirse a las fuerzas que hacen que el amor sea posible, amor que es sinónimo de vitalidad, de vida y energía.
Desde Locally, conversamos con Marcela Parolin, Maestra especialista en las Nuevas Constelaciones recibida en Insconfa (Madrid) y Directora de Constelar.red . Marcela atiende de manera presencial y online, además frecuenta mucho la zona de Nordelta porque su hija es vecina del Barrio Barbarita.
¿Cómo es una Constelación Familiar Cuántica?
En una Constelación Familiar Cuántica vemos cuál es el desorden que existe en el sistema familiar del consultante y por el cual no está pudiendo lograr lo que pretende. Vemos las posibles lealtades que asumimos desde pequeños con ciertos miembros de la familia, por puro amor. Luego de eso, a través de ejercicios y meditaciones, hacemos un enraizamiento y un ordenamiento, comienza un camino de reconciliación para quien esté dispuesto a abrir su corazón. Al terminar la sesión la persona se va con toda su fuerza, con una nueva mirada que le permitirá, desde el adulto que es, seguir trabajando en su liberación.
Las constelaciones pueden ser sesiones individuales o en talleres grupales. Cada persona puede tratar su problemática. Lo maravilloso de esta filosofía de vida es que si no desean contar el problema, se puede tratar igual, no hace falta ni siquiera contactar a la persona con la que tengo un conflicto. El trabajo energético lo realiza la persona que viene a la consulta y así comienza el movimiento que hace que todo fluya.
¿El consultante puede constelar a sus padres y/o hijos?
A sus padres no, es una falta de respeto. Existen jerarquías que merecen honra, aún con padres difíciles, ellos fueron los mejores para nosotros porque sin ellos nosotros no seríamos. Entonces, podemos constelarnos a nosotros mismos, y en cuanto nos movemos todo se mueve.
Con respecto a los hijos, sí se puede, siempre que sean menores de edad porque cuando son autónomos ellos mismos pueden hacerlo. Los padres y abuelos deben constelar a los niños, porque los niños se ofrecen por amor incondicional a sus mayores. Los niños no tienen conflictos ni enfermedades propias, ellos son puro amor, cuando hay problemas con los niños debemos mirar a sus padres.
Para más información y por turnos contactar a Marcela Parolin en:
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