El cambio hacia una dieta libre de alimentos procesados
En una sociedad atravesada por la industrialización y las nuevas tecnologías, la industria de los alimentos hace negocio con productos procesados que pueden resultar perjudiciales para nuestra salud.
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), podemos identificarlos como aquellos alimentos que reciben un procesamiento industrial durante el cual se modifica la naturaleza del alimento original al agregarle materia grasa, sal, azúcar, aditivos u otros componentes. De esta manera, se altera su perfil nutricional derivando en alimentos que no aportan ningún valor nutricional.
Paralelamente, hay cada vez un mayor interés y preocupación por llevar una dieta saludable para nuestro cuerpo, y son muchas las personas que deciden sustituir estos productos por alimentos frescos y naturales. Para poder llevarlo a cabo, es importante ser conscientes y conocer los alimentos que ingerimos para poder elegir qué queremos incorporar o evitar en nuestra dieta.
A continuación, compartimos una serie de recomendaciones para que puedan consumir productos más frescos y naturales:
- Leer las etiquetas antes de comprar un alimento para conocer detalles de sus ingredientes y preparación.
- Acudir a dietéticas.
- Cultivar tu propia huerta orgánica para asegurarte de que tus verduras sean frescas y naturales.
- Preparar ensaladas caseras con vegetales de hojas verde.
- Sustituir aquellos productos que contienen muchos azúcares, grasas, sal, estabilizantes y acéites hidrogenados o parcialmente hidrogenados.
- Los alimentos orgánicos son perecederos a corto plazo, es decir, tienen poca vida útil y después de unos días empiezan a alterarse. Además, muchos necesitan recibir un proceso de cocción en nuestros hogares para poder ser consumidos.
- Usar edulcorantes naturales, el azúcar que no ha sido refinado, azúcar moreno de caña integral, etc.
- Comer pescados, mejillones, mariscos o carnes preferentemente provenientes de una agricultura ecológica.
Un cambio en la dieta alimentaria es algo difícil de mantener, por ese motivo es recomendable siempre recordar la motivación de trasfondo para poder persistir y lograr que se convierta en un hábito.
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