ENFERMEDADES NERVIOSAS- Lic. Constanza Bonelli
La angustia y el estrés crónico provocados por la exposición a un estado de “alerta” por sentirnos “amenazados” en ciertas situaciones, no sólo predisponen ciertos síntomas psíquicos, también desencadenan consecuencias físicas que pueden llegar a dar lugar a distintas enfermedades. Cuerpo y mente pueden resultar afectados luego de enfrentarse a tiempos de crisis, ya sean personales, sociales, económicas o de cualquier tipo, así como a cualquier situación que sea vivenciada como estresante para el que enferma.
Ya Freud en los comienzos de la creación del psicoanálisis, fines del 1800, descubrió que las enfermedades nerviosas eran bastante frecuentes, y las describía de un modo muy similar a la descripción de las enfermedades que hoy entendemos como síntomas de estrés. Recibían nombres distintos pero coincidían con el síndrome de colon irritable, fibromialgia, fatiga crónica, estrés, ataques de pánico, tan comunes hoy. Se trataba de dolencias referidas a la vida vegetativa como síntomas digestivos, circulatorios, respiratorios, metabólicos, entre otros, y síntomas relacionados a la vida de relación, como locomoción, inervación, sensibilidad.
Así vemos cómo el cuerpo además de órgano es lenguaje. Y el psicoanálisis intenta descifrar ese mensaje para aliviar el padecimiento del paciente.
Síntomas nerviosos
Los primeros pacientes de Freud con síntomas nerviosos creaban grandes dificultades a la medicina porque presentaban síntomas que no respondían de igual modo que otras enfermedades orgánicas, sino que se trataba de enfermedades nerviosas. Las mismas incluso desaparecían de repente si el paciente dejaba de estar en contacto con lo que las provocaba, por ejemplo si se trataba de alguna situación con la que dejaba de tener contacto por un viaje, y que volvía inmediatamente cuando retomaba el contacto con la situación estresante.
En la clínica actual también podemos ver esta situación frente a los síntomas del estrés. En estos casos es posible confirmar que los síntomas se desprenden de la influencia directa de excitaciones, conmociones emocionales, preocupaciones, que generan angustia y estrés crónico. Este tipo de enfermedad no tiene una causa orgánica definida, ni lesión de órgano clara que dé cuenta de la afección que el paciente siente, aunque claramente se observa la disfunción del órgano y ciertas alteraciones físicas. Pero el hecho de que rápidamente, por un cambio en la situación del paciente que lo aleje del agente estresante, la sintomatología desaparezca, muestra un modo de funcionamiento orgánico diferente al que observamos en la enfermedad de órgano con alteración temporal o permanente del mismo.
A las enfermedades nerviosas con alteración en las funciones de los órganos, Freud las llamó “Neurosis”, clasificándolas con diferentes nombres según las características que presentaban. También llamó neurosis a otras alteraciones que no implican disfunciones de órganos y que se refieren a un tipo particular de conformación psíquica.
Existen dos modos de entender el cuerpo. El cuerpo orgánico que es el que estudia la medicina, y el cuerpo del sujeto, que es este que además de las funciones de órgano se expresa como lenguaje, un cuerpo del deseo y del goce. Éste es el que estudia el psicoanálisis, cuya práctica tendrá como objeto los trastornos mentales, pero también un cuerpo que habla más allá de las palabras que pronuncia.
El estrés
El estrés es tanto la causa como el resultado de las dificultades de la vida, y se manifiesta con trastornos corporales y con distintos síndromes nerviosos. Freud descubre este tipo de síndromes relacionados a la angustia y los diferencia según obedezcan a distintos órdenes.
Para nombrar algunos ejemplos de este tipo de síndromes encontramos la fibromialgia, un dolor muscular y de los tejidos que conectan a los huesos cuya causa se desconoce, que no responde a la artritis, que no presenta inflamación, sin embargo causa grandes dolores. El síndrome de colon irritable, tan común en la clínica de hoy. Se trata de una dolorosa alteración intestinal que los pacientes refieren en relación a momentos de tensión, angustia, temor. Los ataques de pánico que podemos pensarlos como uno de los síntomas de esta era. Se trata de un miedo patológico que se presenta de modo sorpresivo, sin motivo aparente, que genera alteraciones físicas como sudoración, taquicardia, mareos, junto a ciertas alteraciones psicológicas que se presentan como ideas de muerte o de que algo terrible va a pasar. Junto a otros síntomas y síndromes que entran dentro del grupo de las enfermedades nerviosas.
El ritmo de vida actual, rápido y estresante; las crisis; la globalización y las respuestas inmediatas de internet; las redes sociales como modo principal de relacionarnos, menos comprometido con nuestros pares; la sobrevaloración de la imagen por sobre otros aspectos más profundos de nuestra personalidad, van modificando la conformación de nuestro psiquismo, de nuestra personalidad. Así va disminuyendo el desarrollo de ciertas características necesarias para vivir saludablemente, como la tolerancia a la frustración, la capacidad de espera, el compromiso afectivo y la consideración más profunda de nuestros sentimientos, y de este modo queda facilitada una respuesta patológica como las enfermedades nerviosas antes mencionadas. Podemos entenderlas como el resultado de ciertos déficits en el desarrollo psíquico que predispone al desarrollo de estos síntomas. Si bien ya existían muchísimos años atrás, esta era coincide con un crecimiento de casos de patologías relacionadas al estrés.
Consultorios en Nordelta y Belgrano: 4871-6634 / 156-272-2973
UBA matrícula 31906
Candidata de la Asociación Psicoanalítica Argentina
licbonelli@gmail.com / Ig: lic.constanzabonelli
Leer también: