El transporte público es un problema que persiste e impacta tanto a los vecinos de los barrios de Nuevo Delta como a los trabajadores que todos los días acceden a ellos. Allá lejos, cerca del año 2000, cuando uno visualizaba el master plan de la zona, se encontraba con las bondades de ciertas planificaciones que la hacían un lugar ideal y muy bien pensado. La realidad, sin embargo, nos muestra que aún casi dos décadas después no logramos resolver ciertos temas estructurales que hacen a la evolución y desarrollo de la misma. Infraestructura de accesos y transporte público, no son más que un reflejo de lo que sucede a nivel general. Y aunque muchos hablemos de estar viviendo en una burbuja en estos barrios cerrados, es claro que esa burbuja es alcanzada por el contexto y la realidad.
Hoy ha aumentado considerablemente la demanda de este tipo de transporte tanto por quienes vienen a trabajar a todos los barrios y comercios de la zona como para quienes van a la facultad o a trabajar a otros lugares y tienen a Nuevo Delta como lugar de residencia. Se estima que sólo en Nordelta, según nos informan del área de comunicación, hay unos 25.000 movimientos diarios de entradas y salidas entre autos y peatones.
La dependencia del auto para quienes cuentan con uno es abrumadora, las generaciones que viven en estos barrios no conocen prácticamente otra forma de trasladarse e incluso si no se quisieran usar, no se cuenta con veredas y bicisendas que unan los distintos barrios. (salvo el caso de algunos barrios dentro de Nordelta, no todos). Esto se suma a la falta de transporte público e incluso complica en horarios picos las distintas calles y accesos.
Allá por el año 2011 se anunciaba la llegada de algunos colectivos recorriendo tanto Villa Nueva como Bancalari, uniendo así a muchos barrios cerrados que hasta ese momento eran dos áreas aisladas en materia de transporte público. Así, las líneas 722 y 723 comenzaron a integrar la zona. Los trabajadores sobre todo, agradecidos. Hoy, 6 años después, aún está el pendiente en algunos lados contar con las paradas de colectivos bien identificadas, contar con refugios. En otros lados es aún más grave el tema ya que directamente falta un lugar donde pararse a esperar el colectivo. Este es el caso -por ejemplo- de Bancalari cerca de los barrios Talar del Lago, Barrancas de Santa María y Barrancas de San José. Quienes salen de esos barrios tienen un acceso peatonal por debajo del túnel que está interrumpido en un extremo por un farol de iluminación y en el otro extremo por un guarda-rail. Esto hace que la gente en lugar de caminar por ahí, camine por la calle por donde pasan los autos sin mucho margen de maniobra. “Termino caminando por acá porque además la parada de colectivo está en el medio de la lomada que da acceso al túnel y sino tengo que caminar por la ruta para llegar a ella y es peligroso, no hay espacio para esperar bien el colectivo”, nos indicaba una empleada que iba dispuesta a tomar el colectivo a la altura de dichos barrios. En los horarios pico, por ejemplo, cerca de las 17hs se puede ver el enorme volumen de autos que transitan por el corredor, más la gente esperando en las paradas del túnel a Talar del Lago y de la estación de servicio YPF. Particularmente el peligro más grave es a esa altura, donde quienes esperan para ir hacia la ruta 197 no tienen ni dársena, ni espacio de pasto para pararse, ni mucho menos una parada de colectivo. La gente hace equilibrio entre el asfalto y una bajada que se empina hacia las vías del tren. De acuerdo a la información otorgada por el área de tránsito del Municipio de Tigre, existe un plan para resolver esta problemática, pero no está especificado aún en qué plazos.
Estación de tren Nordelta y estación en Villa Nueva
Si pensamos en las grandes capitales del mundo y sus conurbanos no se dudaría en pensar que el tren es la gran solución a estos problemas. Cuando uno miraba el master plan de Nordelta se encontraba con una maravillosa estación de tren, la estación “Nordelta” que estaría a disposición de los vecinos e incluso tendría un servicio especial. Sin embargo, aún no hay ninguna perspectiva de que eso pueda convertirse en una realidad. Tampoco hay expectativas de que esto suceda, y la espera del tren será más larga que la espera de Penélope en aquella famosa canción. Puesto que en materia ferroviaria la lista de pendientes es extensa.
El transporte público, y la infraestructura de accesos asociada ya son hoy un problema que no puede dilatarse otros 10 años. No encarar esta problemática repercute en el flujo de tránsito, en la economía de los habitantes, en la ecología, en la gestión del tiempo, en la seguridad de las personas en forma directa y, por ende, en el proyecto de estas urbanizaciones. Se requiere de acciones pequeñas (como resolver la señalización y las paradas de colectivos en Bancalari), y de acciones complejas (como reactivar el proyecto de la estación de tren), pero sin duda es algo a lo que no se le puede seguir dejando de poner el foco.
Opciones de transporte
Transporte en lancha:
http://www.proa-urbana.com.ar/
Servicio que sale desde Bahía Grande de Nordelta Río a las 7:20hs, y llega a Puerto Madero a las 9.00hs.
Charter:
Tiene servicios desde y hacia Nordelta desde las 6:00hs hasta las 21:00hs. El viaje sale $128,50 pero si se es pasajero frecuente y se reserva online cuenta con descuentos.
Transporte Público:
Para ir a Capital se puede tomar en ruta 27 los colectivos de la línea 720, 60, 722 hasta la estación Tigre de tren a un valor de entre $6,50 y $7,00. Luego tomar el tren Linea Mitre – ramal Tigre hacia retiro $12. Total del viaje desde Nuevo Delta menos de $20.-
Otra alternativa es ir a la estación Benavidez o General Pacheco y tomar la Línea Mitre ramal Villa Ballester – Zárate y al llegar a la estación Villa Ballester hacer conexión con línea hasta retiro. Otros colectivos en la zona para quienes están en acceso Bancalari: línea 723 y en Villa Nueva: 722 y 723.