Pero en la mayoría de los placares, sobre todo los más clásicos (barrales, estantes y cajones), no contamos con un lugar específicamente destinado a las carteras y bolsos. Para ello, está bueno pensar otras opciones y ser lo más creativo posible. Algunas opciones pueden ser:
- Ganchos con forma de S o de carnicero (sí, se llaman así). Se consiguen en ferreterías o en polirubros de artículos para el hogar.
- Anillos grandes de carpeta.
- Cajas grandes o también pueden ser tipo ficheros. Hay que usarlos sin tapa así vemos lo que tenemos dentro.
- Correas con ganchos.
Otros consejos antes de guardarlas son: vaciarlas de todo contenido; limpiarlas, lustrarlas o lavarlas; y colocar las más delicadas o que requieren un cuidado especial dentro de bolsas de tela (muchas veces éstas vienen con la cartera).
Mi sugerencia es acomodarlas de mayor a menor, y las grandes doblarlas a la mitad y ponerlas paradas una al lado de otra y no acostadas una encima de otra, ya que de esta manera cuesta sacar la de abajo de todo y le daremos menos uso.
Previamente se las puede clasificar en rubros: para uso diario o para salir de noche o fiesta. En mi caso, no soy de cambiar de cartera todos los días, sino más bien usar la misma un tiempo (a veces éste se extiende a 4 meses), y recién cuando me canso busco otra que hace tiempo que no uso. De esta forma, vuelvo a reencontrarme con las carteras que tengo y vuelvo a valorar cada una de ellas.
Al haberlas guardado con cuidado, siempre están impecables.
Si tu placard no tiene los separadores para carteras, podés colocar contenedores y rotularlos o estantes colgantes para aprovechar el espacio aéreo.
Para no tener todo tirado en la cartera y que sea un despiole vaciarla o encontrar algo, lo ideal son los organizadores de cartera. Éstos vienen compartimentados para guardar todo allí. De ésta manera, sólo cambiamos el organizador de cartera en cartera.
Por Brenda Haines